El mes de enero – también el de febrero – en los campos de Castilla y León está para ganar sin efervescencias, sin alardes, apelando a la práctico y aparcando el fútbol bonito, casi imposible según el estado de los terrenos de juego. Eso hizo este domingo la Gimnástica en un Municipal de La Albuera, al derrotar al Briviesca por cuatro tantos a cero, en un verde que está sufriendo el frío seco que deja el siempre mimado césped como si fuera estuviera infestado de toperas.
En los prolegómenos, la Segoviana tuvo un detalle con la familia del fotoperiodista Pablo Fierro, comentarista durante muchos años de la actualidad gimnástica, con la celebración de un minuto de silencio en su honor. Los Segovirras realizaron una pancarta que mostraron los jugadores, y acudieron al palco su viuda, Carolina Uñón y su cuñado Eugenio. Los Segovirras también recordaron con otra pancarta a Kike, que abandonó hace unos días la disciplina del equipo al no poder compatibilizarla con su desempeño profesional.
Manu González dijo en la previa que a partir de ahora no habría rotaciones ni descansos y que cada partido lo jugarían los que mejor hubieran entrenado durante la semana, lesiones y sanciones aparte. Buenas noticias entonces para Elías, que arrancó de inicio el partido, y aunque evidenció un tono irregular durante el choque, mostró el desparpajo y la actitud que le hacen merecedor de las oportunidades que recibe. Si además, como en este caso, aprovecha para ver puerta, miel sobre hojuelas. Buena oportunidad también para Quino, con otro gol, que poco a poco busca su sitio en el once o bien como escudero de Manu o bien un poco más acostado a una banda, aunque la inercia le lleve siempre a moverse más por el centro.
El entrenador ha planteado a los jugadores el reto de buscar la portería contraria de una manera más vertical, sin apelar al juego directo, con algo menos de elaboración que en la etapa de Abraham García, y les está costando. Pero hay tiempo. Cuenta con la inestimable colaboración de Conde y Mika que son como el Col du Tourmalet en el Tour de Francia: de otra categoría. El cántabro vale para rematar con acierto, para caer a banda y desnudar al central de turno, y también para asistir a sus compañeros. Dos de los goles ante el Briviesca fueron asistencia de Mika. Conde puede estar más o menos acertado en cada partido, pero su despliegue físico, su visión de juego y calidad en la definición lo convierten en imprescindible. Un balón suelto en la frontal, o un metro de margen en la línea de creación son letales para cualquier contrario. Un disparo seco, raso a la cepa del palo fue una de las aportaciones de Conde al tanteo final. Calleja optó por unirse a la fiesta de los grandes goles y con un magistral golpeo de balón en el saque de una hizo el cuarto. Excesivo castigo para un Briviesca que, bien es cierto, no hizo sudar a Facundo.
Y aunque la Segoviana ganó cómodamente y entretuvo a los poco más de 600 espectadores que acudieron a una fría tarde de fútbol, hay que dar cierto mérito a los burgaleses del Briviesca tuvieron que jugar con la segunda equipación gimnástica por la coincidencia de colores con el cuadro local. El entrenador visitante, César Rodríguez, planteó un partido fiándolo a la colocación de sus jugadores y al despliegue físico. No le salió del todo mal, pero en La Albuera la Gimnástica se cobra buena parte de los errores del rival. Le falta pólvora al cuadro burgalés, y sufrirá para mantener la categoría pero la actitud y el despliegue físico lo tiene.
La Segoviana suma sus tres primeros puntos del año, pero Arandina y Zamora no ceden. Por detrás la irregularidad es la nota predominante y parece que serán estos tres equipos los que se repartan las tres primeras plazas del grupo al final de la Liga. Es muy posible que los enfrentamientos entre ellos sean los que determinen el orden final y, mientras tanto, poco importa cómo se vayan ganando el resto de partidos. Y sobre todo en enero – y febrero – cuando mantenerse en pie sobre los terrenos de juego ya de por sí tiene mérito.
Fotos de Juan Martín