Para luchar contra los gigantes hace falta coraje, ilusión y herramientas que te permitan doblegarlo, pero aún así lo más fácil es que acabes con la rodilla en tierra. La Gimnástica peleó, se bregó como pudo contra el equipo profesional del Zamora, pero no encontró la manera de hacerlo caer. El equipo rojiblanco ascendió con su victoria (2-1) porque probablemente tenga más calidad, porque más que dobla el presupuesto de la Gimnástica y porque, en el caso del partido de este sábado, tuvo más fortuna de cara al gol. Y no hubo posibilidad de otra cosa pese a que a los jugadores y cuerpo técnico segovianos solo se les puedan decir cosas buenas de su trabajo en la temporada, play off express incluido.
La Gimnástica, con Manu González fiel a su esquema del 4-2-3-1 optó por introducir al terreno prácticamente el mismo equipo que el que se enfrentó el pasado domingo a La Arandina. Con Christian bajo palos, formó con Adrián y Rubén en los laterales, Rui y Javi Marcos en el eje de la zaga, con el imprescindible Manu en la contención y garante del orden. Astray y Conde secundaron al de Riaza en la zona ancha, con el talaverano siempre algo más avanzado. Para la profundidad en bandas, la oportunidad fue para Dani Arribas y Calleja – la gran novedad – mientras que en vanguardia la opción de Javi Borrego fue la que contempló como idónea de inicio el preparador gimnástico. La Segoviana jugó de celeste y blanco para que no hubiera coincidencia de colores con el Zamora que ejercía de local, una indumentaria que presumiblemente aprovechará para la próxima temporada.
El Zamora, por su parte, y con la baja ya conocida de su puntal defensivo Asiel, jugó con Jon Villanueva en portería, Carlos Parra, Coque, Raúl Álvarez e Íñigo Pina en defensa. Juanan, Dani Hernández, Garban, Carlos Ramos y Rodri Escudero, más Valentín. Con la calidad como protagonista en el once rojiblanco por encima de la contención.
Con 32 grados centígrados en el termómetro, pero con una sensación térmica angustiosa arrancó el partido en La nueva Balastera con Sánchez Ingidua designado para impartir justicia, auxiliado en las bandas por Jiménez Rivero y Cubas Sánchez. Christian empezó con el sol en la cara y en los primero compases del partido ya tuvo que intervenir ante un disparo lejano. El Zamora no quiso especular y desde el inicio quiso probar la contundencia defensiva de la Sego con la profundidad de Garban y la intensidad de Dani Hernández. El colegiado, con la Vara de medir demasiado alta permitió el aguerrido fútbol zamorano, lo que terminó con Javi Marcos en el vestuario con una dolencia lumbar propiciada por un encontronazo con un jugador zamorano que el árbitro no consideró ni falta.
A la Gimnástica le costó leer el partido, y la conexión entre líneas no dio el resultado buscado en los primeros quince minutos de partido. No llegó hasta el minuto 17 la primera aproximación de la Sego gracias a un rematé de cabeza de Dani Arribas, después de una buena combinación celeste. Instantes después Borrego maniobró en el área rival sin llegar a armar el disparo que a buen seguro habría puesto en muchos problemas a Villanueva.
Logró sacudirse el dominio el Zamora fundamentado en el empuje hasta alcanzar el premio del 1-0 en una jugada embarullada en el área después de un saque de esquina. Con el viento a favor, el brío zamorano en el choque no mermó y fueron varias las oportunidades en las que los jugadores segovianos reclamaron al colegiado que cortara el juego brusco. Y sin embargo el primero que vio la amarilla fue Adrián en una jugada al frenar un contragolpe nada más reanudarse el juego después de la pausa para la hidratación. Achuchó la Segoviana con un gran disparo de Dani Arribas que repelió como pudo Villanueva, y eso amilanó algo al Zamora que siguió siendo todo lo expeditivo que pudo amparado en una intensidad fuera de lo normal. Con la Gimnástica algo abatida por las circunstancias y sobre todo con el marcador en contra se llegó al descanso.
Movió el banquillo Movilla en la segunda mitad sustituyendo al goleador Valentín dando entrada al también punta Sergio García que sentenció el partido al poco de reanudarse el partido con una jugada plena de habilidad. Manu González, por su parte, puso a calentar de inicio de mitad a toda su potencial atacante, que ingresó en el terreno de juego con el marcador francamente adverso. Ivi, Sales y Gómez intentaron generar peligro con su movilidad, y la verticalidad del cambio de dibujo logró poner en apuros al Zamora, que no tuvo inconveniente en despejar de cualquier manera los balones que asomaban por su área. En pleno intento de buscar la heroica, Manu González resultó expulsado por – en teoría – hacer algún tipo de indicación a uno de los asistentes. La expulsión del entrenador espoleó a los gimnásticos que llegaron a embotellar al Zamora gracias al pundonor habitual, y unas fuerzas que parecían inexistentes minutos antes. Los zamoranos reclamaron un penalti que pareció desde la grada, desde la televisión y probablemente desde la estación espacial europea pero el árbitro, fiel a su caótico desempeño en todo el partido dejó seguir la jugada.
La esperanza celeste llegó con el gol de Ivi que después de varios despejes de Villanueva pudo alojar el balón en las mallas. Los últimos minutos de los jugadores de la Gimnástica dignificaron el escudo que portaban en el pecho, la historia del club y lo que la entidad merece. Pudo hacer Ivi el empate de cabeza, y el partido murió con la alegría rojiblanca, el pesar celeste y con el colegiado aquejado de mareos que obligaron a detener el choque.
No recibió el premio del ascenso la extraordinaria tarea de los jugadores y cuerpo técnico de la Gimnástica Segoviana . Habrá que esperar una mejor oportunidad.