Mariano González Casillas es el primero de los dos delanteros seleccionados por los aficionados como pareja atacante del #OncePerfectoSego , pero no siempre fue valorado en su propio estadio. Su personalidad díscola al principio de su carrera, y su afán por intentar una y otra vez las jugadas hasta lograr su objetivo llevaron a buena parte de los espectadores a perder la paciencia con él. Sin embargo, y fruto de la extraordinaria capacidad de adaptación del futbolista, su compromiso y la capacidad anotadora en momentos determinantes, La Albuera terminó rindiéndose a él y lo convirtió en uno de sus favoritos.

Su etapa deportiva como juvenil la desarrolla en el CD Quintanar donde sufre una grave lesión en la cara después de un encontronazo con un rival. Con 19 años se incorpora a la Gimnástica, en la segunda temporada de Fernando Sierra de entrenador. Interior derecho, medio centro, delantero «e incluso una vez de central», son las posiciones por las que se desenvuelve el portador del 7 de la Gimnástica durante más de trece temporadas. Mariano dista mucho de ser un jugador convencional. Sin ser un extremo, juega varias temporadas en esa demarcación. Su mayor rendimiento goleador lo aporta como delantero, pero tampoco es esa su demarcación habitual hasta bien avanzada su carrera. Sin capacidad física para ejercer de medio centro, uno de sus mejores partidos — en la Fase de Ascenso ante el Móstoles — lo juega en esa demarcación. De pivote defensivo hacia delante, Mariano disputa partidos en todas partes y casi siempre bien. Las estadísticas dibujan a Mariano como uno de los jugadores más regulares y efectivos de la historia de la Gimnástica. «No tenía regate, no tenía pegada, no tenía nada. Me faltaban muchas cosas, pero lo suplía con intuición de saber dónde iba a caer el balón y dónde colocarme para meter goles», explica Mariano ya retirado a El Norte de Castilla el 3 de mayo de 2015.

Quizá por la influencia de sus muchas horas de patio en El Palo – su barrio natal –  Mariano tiene un carácter difícil sobre el terreno de juego durante buena parte de su carrera. «Yo era un futbolista complicado», reconoce en el libro: Gimnástica Segoviana. Una historia de supervivencia del periodista Javier de Andrés. «Los delanteros somos muy egoístas», añade, «pero llega un momento en el que te das cuenta que cada vez que te expulsan pierdes la oportunidad de ayudar al equipo, y aprendes a manejar las situaciones», concluye.

Mariano es uno de los máximos goleadores de la historia Gimnástica con 126 goles oficiales en catorce temporadas. «No me rendía nunca, era capaz de ponérselo muy difícil al entrenador cuando optaba por no ponerme a jugar. Si no jugaba un domingo, entrenaba todavía más fuerte la semana siguiente para entrar en el once», explica. Crítico con algunas directivas al no sentirse valorado por el mero hecho de ser segoviano, Mariano pasa dos temporadas de su carrera en el Atlético Tordesillas y en el CD Villaralbo antes de regresar a la Segoviana, donde finaliza su carrera. «Me fui por puro orgullo, creía que no me valoraban lo que merecía», cuenta. «Pero no guardo rencor a nadie, con la perspectiva del tiempo y después de ver cómo es un club por dentro, yo tampoco hubiera aceptado las condiciones que puse», reflexiona Mariano, en funciones de directivo entre los años 2014 y 2019.

Foto: Mariano disputa un balón con un jugador del Sevilla FC en el Sánchez Pizjuán en la eliminatoria de Copa del Rey con el equipo hispalense el 8 de noviembre de 2006/ Juan Martín