La Gimnástica roza con la yema de los dedos la permanencia en la Segunda RFEF. Cinco victorias en los últimos seis partidos – tres de ellas consecutivas fuera de casa – alejan de manera considerable el descenso que queda a cinco puntos ( + 1 del goal average particular con el CD Móstoles). La trascendental victoria en Luanco ante el Marino (1-2), cimentada en una excelsa primera parte, dota a los gimnásticos de la tranquilidad necesaria como para mirar hacia arriba donde las plazas de play off de ascenso están lejos, pero no tanto como para olvidarse de ellas.
El Marino venía de enlazar cinco partidos sin perder – tres de ellos empates – y vendió cara su derrota en una segunda parte en la que embotelló a la Gimnástica con más corazón que fútbol e hizo internacional a Carmona, que con tres paradas soberbias desesperó a los azulones del Marino. Antes, en una primera parte primorosa, Rafa Llorente había atormentado a Aramburu, portero local, con dos goles tan diferentes como trascendentales: uno de cabeza al palo del portero y otro en el área pequeña finalizando un contragolpe.
Cambios en la zona defensiva
La novedad más significativa de la Gimnástica en Miramar, feudo del Marino, fue la vuelta al once de Javi Marcos y Mansour después de su sanción. Ambos, con un siempre animoso Borao por la derecha y un sobrio Rubén por la izquierda escoltaron a Carmona, una vez más garante de la línea de gol segoviana.
La Gimnástica desplegó un fútbol vistoso y efectivo en un primer parcial para recordar. Mandando cuando tocaba y aprovechando la necesidad del Marino cuando era menester. Manu en la contención y Nanclares en la primera línea de creación marcaban el paso a un Conde de nuevo imperial, auxiliado en costados por un Llorente eléctrico y un siempre efectivo Dani Arribas. El buen momento físico de Conde es evidente puesto que sus dominios se extienden por el ataque zurdo, donde también es capaz de generar peligro. En vanguardia Borrego, con un sacrificio atlético enorme y con más animosidad que acierto a la hora de apuntillar al rival.
Mejora notable lejos de La Albuera
El crecimiento del equipo a domicilio es tan grande que parece mentira que fueran los mismos jugadores los que pasaron por algunos terrenos de juego del grupo sin probar al portero visitante. Llorente en el minuto cuatro con un remate de cabeza al palo corto, y aprovechando un contragolpe en una jugada de delantero centro mandó a los de Ramsés Gil a vestuarios con una renta justa para lo visto en el terreno de juego, toda vez que Borrego en dos oportunidades y Conde en otra también pudieron marcar.
Carmona estelar en la segunda parte
Lo que quiera que dijera Ramsés en el vestuario para afrontar la segunda parte se fue al traste a los tres minutos cuando una mano de Borao convirtió en gol Matador al ejecutar el penalti. A partir de ahí y en quince minutos angustiosos la Segoviana apenas pasó del centro del campo ante las furibundas acometidas de un Marino que se estaba jugando literalmente la vida en el Grupo I de la Segunda RFEF. Solventó Carmona como pudo la papeleta, gracias también a la ayuda de sus compañeros que achicaron balones durante unos minutos que parecieron horas.
Pronto movió el banquillo Ramsés para aportar veteranía con Cidoncha y Szymanowski que lograron estirar al equipo y hacerlo padecer menos. Nogueira, Gómez y Adeva aportaron frescura, gestión de la pelota y picardía en los minutos finales y el Marino fue desinflándose poco a poco. En cualquier caso, honor para un equipo asturiano que murió de pie.
Tres partidos para terminar
Llanera y Cristo Atlético en La Albuera y Coruxo en tierras gallegas son los tres compromisos que le quedan a la Sego para el final de la liga regular. Selladas las cinco victorias que en principio parecerían suficientes para lograr la permanencia, que rematar la faena el domingo en casa ante La Llanera que, ya sí, confirmaría la presencia un año más en la categoría.