La gimnástica Segoviana y el Real Ávila disputaron un Clásico de Castilla descafeinado en el juego, pero con pasajes de intensidad asociados a la testosterona más que a la calidad futbolística. La victoria final de los abulenses (2-1) no puede considerarse justa, toda vez que los locales tuvieron muy pocas ocasiones, mientras que los visitantes dispusieron de varias tentativas para superar a Alberto. El irregular estado del terreno de juego no ayudó a ninguno de los dos conjuntos que tampoco encontraron en el colegiado del partido, David Rivera García, un amigo para entretener al público al empeñarse el trencilla en seguir un criterio algo «particular» a la hora de cobrarse las faltas de uno y otro bando.
Con multitud de aficionados gimnásticos en las vetustas gradas del Adolfo Suárez, la Segoviana formó con David en portería; Adrián, Viti, Rui y Rubén en defensa; Manu en la medular con Asier y Calleja de interiores más Conde, Dani Arribas y Borrego. El equipo segoviano, por capricho del colegiado, tuvo que saltar al campo con camiseta blanca y pantalón y medias rosas. Entendió el vallisoletano que el rosa de la tercera equipación de la Gimnástica y el encarnado abulense no eran compatibles.
Quiso el Ávila hacer valer su condición de prácticamente intratable en su terreno de juego en los compases iniciales, pero la Gimnástica fue la que forzó el primer saque de esquina a su favor. El partido empezó algo pausado, pero pronto encontró el ritmo suficiente como para que los aficionados de ambos bandos prestaran atención al terreno de juego. Los segovianos intentaban hacerse con el control de la pelota, mientras que los abulenses no escatimaban esfuerzos en buscar la portería de David. El partido se convirtió en torno a la mitad del primer parcial en lo que quería el Avila, que se hizo dominador del juego. Pero la Gimnástica demostró empaque suficiente como para minimizar riesgos y el choque tornó en un típico clásico con poco fútbol. Solo Conde con un disparo entre palos que atrapó el guardameta local sacó el partido de la atonía. Antes, y fruto de una dura entrada de un contrario, Dani Arribas tuvo que enfilar el túnel de vestuarios antes de tiempo para ser sustituido por Gómez.
En la reanudación, la Segoviana salió mandona y Borrego pudo hacer el primero de los gimnásticos a los dos minutos de comenzar el segundo parcial en una clara ocasión que desbarató el guardameta Alberto. Posteriormente lo intentó Manu con un disparo que salió alto. Intentó el entrenador local, Jonathan Prado, meterle más mordiente a su equipo con la entrada de Mayorga, pero fue Borrego el que pudo encontrar portería. Sin embargo, la fortuna sonrío a los locales que aprovecharon una imprecisión local para adelantarse en el marcador por mediación de Moreira. Pudo llegar el segundo de los encarnados en la siguiente jugada mientras tomaba el mando en el banquillo de la Gimnástica Ramsés Gil, después de la expulsión de Manu González. Sumidos en el desconcierto visitante, llegó el segundo gol local precedido de lo que pareció ser un claro fuera de juego de los abulenses. Entonces y cuando todo parecía resuelto, tiró la Gimnástica de carácter y consiguió acortar distancias para convertir el choque en una locura de ida y vuelta con ocasiones en ambas porterías sin que los visitantes encontraran finalmente al menos el mal menor del empate.
Pierde la Segoviana una buena oportunidad de recuperar la segunda plaza después de la derrota del Burgos Promesas, y recibirá el próximo sábado en La Albuera al Numancia B, un equipo de la parte alta de la tabla en la víspera de la noche de Reyes.