La Gimnástica Segoviana ha caído en primera ronda de Copa del Rey al perder (0-2) con el Girona FC. En fútbol – y en cualquier deporte – hay muchas maneras de perder y hoy la Gimnástica ejemplificó la del honor, la gallardía y el respeto a un escudo que tiene 92 años. La Gimnástica es inferior al Girona – por algo hay dos categorías de diferencia y varios millones de euros de distancia presupuestaria – pero lo que hizo este jueves el equipo azulgrana es digno de mención. Apretó, achuchó y logró dominar a un equipo de Segunda División que durante la primera mitad apenas inquietó a Christian. Pese a ello, el cuadro catalán logró adelantarse en el marcador con la única ocasión que tuvieron por mediación de Nahuel en una jugada muy protestada por el público que reclamó posición adelantada del delantero.
Manu González apostó por un equipo que bien podría ser el titular en un partido decisivo de liga con la única variación de Viti por Rui en zona defensiva. Sería injusto destacar a un solo jugador de la Gimnástica por encima de los demás en el envite, pero Javi Marcos destacó por su solvencia; Diego del Castillo por su despliegue físico, Manu por su condición de capitán mayúsculo y Adeva como virtuoso del juego de espaldas sin desentenderse ni mucho menos de la finalización.
Le quiso discutir el balón la Gimnástica al Girona desde el primer minuto y lo consiguió por momentos. El Girona, quizá sorprendido por el arreón inicial, apenas salió de su propio campo y solo los balones que caían en las inmediaciones de Nahuel parecían ser sinónimo de peligro. Dani Arribas con varios disparos muy peligrosos, Borrego y Conde bien pudieron adelantar a la Segoviana, hasta que rondando la recta final del primer parcial, Nahuel adelantó a los de amarillo para la ocasión aprovechándose – parece – de su posición adelantada. Minutos después el peor del partido , el árbitro, expulsó a Dani Arribas en una acción que puede considerarse como justa, pero que venía precedida de otra falta obviada por el trencilla cometida sobre el segoviano. Álvaro Moreno Aragón – el árbitro – no estuvo a la altura del partido ni de los contendientes más que por su influencia en el marcador, por su particular criterio para maltratar al pequeño y pasar por alto las infracciones del grande.
Después del paso por los vestuarios con la Segoviana en inferioridad, todavía quiso el cuadro de Manu González el balón y buscar la portería rival. Pronto comenzó a mover el banquillo y la entrada de Gómez y Borao aportaron frescura, pero el ritmo fue decayendo progresivamente y fue el Girona, otra vez Nahuel, el que mandó el balón a la jaula contraria. Por entonces la Gimnástica tenía hasta cinco jugadores diferentes el campo de los que comenzó el partido y es que dónde está la trascendencia es en Ávila el domingo, que hay que visitar al Colegios Diocesanos.
Una vez más la Gimnástica paseó con orgullo el nombre de Segovia por la Copa del Rey, una vez más compitió con honradez y profesionalidad y una vez más puso a Segovia en el mapa futbolístico nacional, aunque solo fuera por noventa minutos. Cabe destacar el espectacular comportamiento de los aficionados segovianos que ocuparon todo el aforo permitido, que animaron sin descanso y que centraron su descontento en el colegiado, como no podía ser de otra forma.
El Girona se marchó encantado por la victoria y el trato recibido; la rfef como responsable del trofeo felicitó a la Gimnástica por la organización del partido y el comportamiento de los aficionados, y el club volvió a reclamar el papel de embajador de la ciudad que por derecho le corresponde después de 92 años compitiendo por todo el país. A ver si sirve.