La Gimnástica acabó de un plumazo con su racha victoriosa en su partido de este domingo en La Albuera ante la Arandina (1-3). Los ribereños evidenciaron su potencial en diez minutos primorosos de la segunda parte en la que desarbolaron a un equipo local que pudo sentenciar el partido minutos antes. Con el traspiés, la gimnástica pierde la oportunidad de distanciar a los burgaleses hasta los once puntos, con lo que da vida a los blanquiazules y oxigena el proyecto de Jordi Fabregat, muy cuestionado hasta la fecha.

Ramsés Gil ocupó el banquillo local en el último partido de sanción de Manu González, y el equipo formó con variantes obligadas por las lesiones de Rubén y Javi Marcos. Con Christian bajo palos, la Gimnástica dispuso una línea de cuatro atrás con Domingo como novedad acompañando a Rui, con Asier y Adrián en los laterales. En el centro, más novedades motivadas por la baja de Manu, por su expulsión del miércoles. Viti ocupó el puesto de ‘seis’ escoltado por Conde y Calleja como interiores, Abad y Dani Arribas como extremos más Javi Borrego en punta de ataque. La primera mitad fue de mucha contención y poca profundidad. La Arandina con su defensa presa de los nervios concedió regalos que la Segoviana no supo aprovechar, y la gimnástica tampoco supo generar peligro más que una vez, suficiente para anotar por mediación – otra vez – de Dani Abad, que aprovechó un envío en el corazón del área de Calleja. El tanto local espoleo a los visitantes, que aplicaron un dominio territorial infructuoso, pero que sumió a los más de 1.000 espectadores que poblaron la Albuera en un estado de inquietud que solo quebró el colegiado del partido al mandar a ambos contendientes al vestuario.

La segunda parte arrancó sin cambios y con mejor tono de los locales, que pudieron solventar el partido con varias ocasiones, la última de Dani Arribas, que hubiera mandado a la lona a una Arandina que seguía demasiado timorata en defensa. Pero entonces llegó el descalabro local en quince minutos horribles que permitieron a los ribereños tomar aire, sacar la cabeza y, muy probablemente, salvar a su entrenador de la destitución. La Segoviana se descompuso y todo el entramado defensivo se desmoronó ante las acometidas de la Arandina que marcó tres goles, y pudo hacer alguno más en las transiciones que generaba su superioridad constante en el centro del campo. La entrada de Gómez y Elías introdujeron el coraje necesario en el equipo como para morir en el área rival, pero la lesión de Calleja y las molestias que evidenciaron Rui, Adrián y Viti cortaron cualquier atisbo de remontada.

La Arandina vuelve a ‘pescar’ en La Albuera como ya hiciera el curso pasado, deja a la Segoviana con el mal sabor de boca de no haber dado a sus aficionados un triunfo ante un rival de entidad, y sueña con pasar una semana tranquila que le permita recuperar al mayor número de jugadores posibles para viajar a Tordesillas el próximo fin de semana para retornar a la senda del triunfo.

 

Jordi Fabregat: «Nos hemos crecido con el desánimo del contrario al lograr el empate»

El entrenador ribereño mostró su satisfacción en rueda de prensa al acabar el choque. «Lo más positivo es que hemos creído que podíamos ganar combinando y con la presión alta». «Nos hemos crecido ante el desánimo del contrario con el empate. Necesitábamos mucho la victoria y creo que se ha notado». «Ahora nos toca reconducción la euforia. En cuanto entra un gol y el equipo ve la posibilidad, hemos jugado con más seguridad ofensiva. Es verdad que para nosotros jugar en campos como el de la Albuera es ideal para nuestro fútbol combinativo», apuntó. «Nos vamos contentos, pero no con el pecho fuera porque si no trabajamos bien cada partido, nos pueden sorprender», afirmó.

Ramsés Gil: «No vamos a hacer un drama de un partido»

A Ramsés Gil le tocó la cruz de la moneda en un día especial para él en el banquillo gimnástico. Lo primero que apuntó en rueda de prensa es que no convenía «hacer un drama de un solo partido». «Somos dos equipos con un potencial similar, y cuando mejor estábamos jugando una acción a balón parado nos han conseguido empatar, y después hemos tenido cinco – diez minutos que nos hemos ido del partido y los han aprovechado», dijo. «Es una pena porque el partido estaba controlado, pero nos cae como un jarro de agua fría el gol a balón parado, y hemos tenido cinco minutos en los que nos han pesado las piernas, nos hemos venido abajo. Es difícil de explicar, pero pasa», explicó Ramsés Gil.