Tuvo que ser en el último suspiro porque no podía ser de otra manera. La Gimnástica Segoviana hizo un ejercicio de madurez futbolística extraordinaria en Elda para derrotar al Cerdanyola (1-3) en la final por la permanencia en la Segunda RFEF. Fue un partido para valientes, con la tensión propia del todo o nada, con un calor angustioso y con el fantasma siempre presente de las oportunidades perdidas. Y es que sigue el gimnástico de a pie sigue recordando con más viveza los innumerables costalazos  de antaño que los gloriosos éxitos más recientes. Quizá sea un buen momento para aparcar ese victimismo. Con este triunfo la Gimnástica se agarra a la Segunda RFEF como si le fuera la vida en ello. Puede considerarse semejante sentencia como una exageración teniendo en cuenta el espíritu superviviente de la Sego, pero bien cierto es que con la reestructuración del fútbol patrio, la Tercera División es una Regional encubierta.

Una primera parte gimnástica

Sin Conde, que llegó a calentar durante la segunda parte por si hubiera tenido que salir como el Cid a  la heroica, y con Rahim, Adrián y Fran Adeva fuera de la convocatoria por decisión técnica, se presentó la Gimnástica de celeste en el Nuevo Pepico Amat con el once tipo de Ramsés Gil.  Arribas como volante izquierdo y Llorente por la derecha con Nanclares de enlace y Borrego en punta. Los laterales, con mucha presencia en ataque, sobre todo Borao, y Rubén. Los centrales, los habituales de un tiempo a esta parte – Javi Marcos y Mansour – con Manu y Nogueira en la salida de balón y Carmona bajo palos.

No presumió de timidez el Cerdanyola que, pese a presentar línea de cinco atrás, tuvo las primeras opciones del partido. La Segoviana, mandona, no terminaba de encontrar a sus puntas y era Llorente el más incisivo de los segovianos, casi fabricándose sus propias ocasiones. Un tímido remate del madrileño, un disparo escorado de Nanclares y un remate de cabeza de borrego fueron las opciones más claras de la Sego sin contar el gol. Llorente hizo una primera parte brillante: vertical y oportunista. Así arrebañó un balón suelto en el área para meterlo en la portería rival. Pudo marcar el segundo la gimnástica con un balón de Borao que acabó en el palo, pero con la mínima ventaja se llegó al tiempo de descanso.

El Cerdanyola, tremendo potencial a balón parado

Movió el banquillo el cuadro catalán en la reanudación después del postrero gol gimnástico. La entrada de El Hadji – portento físico descomunal – dio vida a los catalanes que pronto empataron el encuentro con un remate de cabeza inapelable del propio El Hadji ante el que nada pudo hacer Carmona. La melodía le sonaba a la Sego: un equipo que le genera ocasión entre palos y le castiga recién comenzada la segunda parte.

Con el empate llegaron los peores minutos de la Sego. El Cerdanyola achuchó y puso en aprietos a la zaga gimnástica que tardó en rehacerse. Ramsés metió a Cidoncha por Nanclares e intentó sujetar más el balón poblando la medular. Al Cerdanyola empezó a hacérsele muy largo el partido. Las lesiones y la acumulación de minutos en pocos jugadores les pasó factura.

Arribas al larguero y cambia la inercia

Pudo Arribas devolver la ventaja en el marcador a la Sego en el minuto 61 con una maniobra excelsa que acabó con el balón en el larguero catalán. No entró, pero espoleó a sus compañeros a una carga que terminó con el gol de Manu. En el partido de la agonía, del calor angustioso… Manu se hizo un sprint de cuarenta metros besándose el escudo tras anotar. Pelos de punta.

Con el gol el partido terminó de descoserse, el Cerdanyola fiándolo todo al balón parado y a la catapulta humana de El Hadji en los saques de banda y a la Segoviana desperdiciando hasta tres claras superioridades para acabar con el partido. Tuvo que ser Szymanowski, que entro con Gómez nada más anotar Manu en el minuto 75 el que marcara a puerta vacía el tercero de la tarde.

Gran presencia de aficionados gimnásticos

Hasta doscientos aficionados acudieron a Elda para ver el partido. Gloria para ellos por la paliza, por el arrojo de la kilometrada y por aguantar la calorina. Mención especial, por cierto, para la excelente preparación física de los jugadores gimnásticos que aguantaron todo el partido sin aparentes dolencias musculares.

Con la victoria, la Segoviana logra una agónica permanencia en la Segunda RFEF y después de una temporada durísima. Ahora toca celebrar, descansar lo que se pueda y empezar a trabajar en la siguiente campaña.