Un partido grande, de otra liga. En primer lugar por el escenario: el Ruta de la plata, con capacidad para 8.000 espectadores; segundo por la presencia de aficionados: 2.995 incluidos cerca de 150 gimnásticos. Y tercero por encontrarse sobre el césped dos equipos con aspiraciones de otra categoría. Al final, el reparto de puntos (1-1) se le quedó justo a un Zamora que fue netamente superior durante 60 minutos, e insufló de moral a una Gimnástica que no termina de convertir en victorias los partidos que juega en los terrenos de juego a priori más complicados. A pesar de concluir mejor físicamente los partidos que sus rivales.
Manu González mantuvo el dibujo con tres centrales – Anel, Javi Marcos y Juan de la Mata – con Dani Arribas por la izquierda y Adrián por la derecha. Manu y Quino para la contención, y Calleja Mika más Agus Alonso en vanguardia con Facundo en portería. David Movilla, preparador local, alertó a sus huestes de la a priori fragilidad gimnástica en el costado izquierdo ante la ausencia por lesión de Rubén, y los zamoranos hicieron daño de inicio por esa zona de la zaga azulgrana metiendo un ritmo alto al choque que incomodó a los gimnásticos. De esta manera y en apenas seis minutos los locales tuvieron hasta tres ocasiones para hacer gol, y fue a la cuarta cuando Asiel a la salida de un córner hizo el primer tanto para los rojiblancos.
Hasta el minuto nueve no consiguió la Gimnástica sacudirse el dominio territorial de los zamoranos e intentó buscar la meta de Jon Villanueva, mero espectador en los primeros minutos de encuentro. Cuando el partido empezaba a estar igualado, un inocente penalti cometido por Dani Arribas pudo haber prácticamente dejado sentenciado el partido para los locales, pero Facundo consiguió desbaratar las intenciones zamoranas al ganar el uruguayo la partida a David Álvarez que ejecutó la pena máxima con un disparo duro, pero muy centrado. Con el disgusto de la oportunidad perdida, los locales plantearon una tregua a los de Manu González y el partido entró en un perfil sino más favorable a los intereses segovianos, sí menos lesivo.
Con el partido sin concluir en su primera mitad, Manu González optó por dar entrada a Asier Arranz en sustitución de Dani Arribas, y el equipo cambió su dibujo para colocar cuatro piezas en defensa, con Arranz en el lateral izquierdo y Juan de la Mata como un efectivo más en la zona de creación. El cambio hizo que, al menos, las fuerzas se igualaran, y que el Zamora se mostrara algo menos atrevido en ataque.
Después del obligatorio paso por vestuarios, la Gimnástica intentó igualar la contienda saliendo con mucho más empuje que en la primera mitad. La profundidad de Asier y su asociación con Mika generó intranquilidad en el Zamora, al que le costó ejercer el dominio territorial con el que avasalló por momentos a la Segoviana antes del entreacto. El Zamora pudo matar, otra vez, el partido con un balón al poste de David Álvarez para que, un minuto después, Mika anotara su vigésimo primer gol al definir con maestría aprovechando un balón servido por Agus Alonso. No hay partido en el que el cántabro no demuestre el hambre y la ambición necesarias como para crecer en el mundo del fútbol. Fue la última acción del uruguayo que dejó su sitio a Gómez que, como suele ser habitual, dio una lección de pundonor y buenas maneras en sus minutos en la cancha.
La recta final de partido volvió a evidenciar el buen tono físico de los gimnásticos en los compases definitivos de los partidos. Si durante sesenta minutos el Zamora mereció golear, el último cuarto de hora se le hizo largo al equipo de David Movilla que vio como la Segoviana elaboró mejor, llegó con peligro a las inmediaciones del área de Villanueva, y solo las imprecisiones en el último pase evitaron lo que hubiera sido una victoria impensable en el minuto diez de la segunda mitad.
La Segoviana sumó un punto más en su casillero en uno de los campos más difíciles de la categoría. El equipo evidenció dos caras muy distintas, y aunque durante muchos minutos estuvo a merced de su rival, demostró el pundonor y argumentos necesarios para revertir la situación. El domingo, en La Albuera, la Gimnástica recibe al Numancia B en otro de esos partidos que marcarán el devenir de la competición.