La Gimnástica añade puntos a su casillero cada semana con dos versiones distintas, pero igual de efectivas: la que arrolla en casa y la que apela a lo práctico fuera de su propio terreno de juego. En la Arboleda tocó el segundo de los planes, y en un partido complicado ante un rival que se crece en sus dominios, los azulgrana – ayer de rojo –  apelaron al orgullo para sacar adelante uno de esos partidos que ganan campeonatos.

Por segunda vez en le tocó a la Gimnástica remontar un resultado adverso, después de que el Almazán se adelantara por mediación de Pablo al culminar una buena jugada en combinación. Los sorianos, valientes, apostaron por apretar la salida de balón gimnástica y los primeros compases del encuentro fueron más de tinte local que visitante. Después del gol, la Gimnástica adelantó líneas y tanto Charly en el lateral derecho como Rubén por la izquierda, comenzaron a pisar más terreno ajeno que propio con lo que, por momentos, la Gimnástica situó a ocho jugadores en campo contrario. Sin demasiada presencia de juego combinativo, el equipo de Manu González comenzó a dominar territorialmente y a crear problemas en la portería local, como el disparo de Mika que se marchó alto en el minuto 11. El cántabro disfrutaba fajándose con los defensas y a la segunda que tuvo, la mandó a la jaula en el minuto 27 en una maniobra digna de un delantero centro de otra categoría. Antes, Dani Abad tuvo que ingresar en el terreno de juego para sustituir a Kike, lesionado. Con el empate, los equipos optaron por esperar hasta el descanso para recuperar fuerzas y plantear opciones para el segundo periodo.

Con la Gimnástica aun en la ducha mentalmente, un tiro libre magistralmente ejecutado desde la frontal por Edipo batió a Facundo, y puso de nuevo por delante a los de Almazán, que encontraban demasiado premio a sus escasas aproximaciones al marco segoviano. Pero la Sego no entiende de adversidades – al menos este año – y pronto puso cerco a la portería local. Buscando la superioridad por las bandas con los dos laterales lanzados al ataque, la Gimnástica martilleó la linea de fondo buscando envíos al corazón del área. En uno de ellos, Juan de la Mata – que completó un buen partido en la medular – remató un preciso envío desde la izquierda para hacer el empate.

La irrupción de Quino en el campo sustituyendo al propio de la Mata incidió en la línea apuntada por Manu González en los últimos días: la especulación no se contempla. Con el campo volcado hacia la portería soriana, el segoviano Rubén – otra vez con un partido excelente – enganchó un balón muerto en la frontal, para de tiro cruzado hacer el resultado definitivo. Llegó entonces el momento de apuntalar el resultado, aunque desde la banda el mensaje siga siendo el de no escatimar esfuerzos en la búsqueda de los goles. La entrada de Gómez en el sitio de Mika dotó de frescura al ataque y otorgó al equipo la posibilidad de mandar balones arriba para que el joven madrileño los peleara todos. El Almazán, exhausto después de correr y correr todo el partido detrás del balón, y apurando sus opciones a las contras, no pudo ni tan siquiera inquietar a Facundo más que con faltas laterales y balones colgados al área donde el uruguayo se mostró seguro.

Otros tres puntos para la Gimnástica que logra su segunda victoria consecutiva fuera de casa, y que le permite conservar el liderato. El próximo jueves día 1, rinde visita a La Albuera el Santa Marta, en lo que la directiva quiere sea otra fiesta del fútbol con el denominado Día del socio, en el que cada abonado puede retirar en la sede del club una invitación para el partido.