La Segoviana suma y sigue en su sana obsesión por conseguir el campeonato del grupo VIII de la Tercera División.  Si algo demostró el equipo de Manu González el jueves ante el Santa Marta fue la profundidad de la plantilla, con todo tipo de cualidades para la consecución del reto planteado esta campaña que no es otro que el ascenso. De inicio, el entrenador madrileño apostó por una pequeña revolución en el once en parte obligada por las lesiones, y en parte por las convenientes rotaciones motivadas por los  tres partidos concentrados en una semana. Christian bajo palos, Elías en la medular y la vuelta a la titularidad de Dani Arribas fueron las novedades más significativas de un equipo inicial en el que también destacaban las presencias de Juan de la Mata y Dani Abad. En diez jornadas la Gimnástica ha utilizado a toda su plantilla – 22 jugadores – salvo a Agus Alonso, que sigue recuperándose de la rotura del ligamento cruzado

De entrada la Gimnástica salió algo aletargada, situación propiciada por un Santa Marta que cuenta con un grupo de inexpertos jugadores tan obsesionados con no salirse del guión establecido por su entrenador como erráticos en la ejecución del mismo. Durante muchas fases del partido, el choque se convirtió en un intercambio de despropósitos mientras el balón parecía más una bola loca que un esférico de fútbol. La Segoviana, con algunas piezas ensamblándose debido al inusual centro del campo con Juan de la Mata y Elías, sacó partido a dos errores impropios de la Tercera por parte de la defensa charra. Entre los minutos 10 y 12 de la primera mitad regaló un córner que acabó con gol de Dani Arribas y habilitó un puente de plata para que Mika mandara a la red un balón con maestría. Chim pum. Del bagaje ofensivo salmantino, solo un par de destellos entre los que destacó una fenomenal volea de Diego que salvó en una extraordinaria intervención Christian, que se mantuvo seguro en los blocajes todo el partido, y algo menos tranquilo con el balón en los pies. Todo se andará.

El cántabro Mika es un goleador nato, intuye la debilidad rival y la explota hasta el máximo. Es como uno de esos perros de presa que muerden y no sueltan nunca a la víctima propiciatoria. Tiene una amplia gama de recursos ofensivos y una capacidad resolutivo envidiable para la Tercera. Así llegaron el tercero y el cuarto de la tarde ya en la segunda mitad: una vaselina por encima de Charly después de un regalo de la defensa – otro más – y  un disparo que tocó en un contrario para batir al guardameta visitante, que solo pudo desbaratar una ocasión a Gómez en un mano a mano que el joven gimnástico no supo resolver. La papeleta es pistonuda para Manu González: Mika los mete de tres en tres, Ivi estaba siendo resolutivo hasta que agarró un proceso vírico que ya le tiene activo para jugar, Gómez amenaza el arco rival en cuanto sale al campo, y Agus Alonso se muerde las uñas por ayudar a sus compañeros a partir de febrero. Bendito problema.

Los cerca de 900 espectadores que arroparon a su equipo en La Albuera no disfrutaron del mejor espectáculo posible, pero la máxima «tres puntos más y un partido menos» rige perfectamente para un choque como el del Santa Marta. Ahora toca pensar en el Burgos Promesas 2000 el domingo y en 10 días el Zamora, en otro de esos choques que, seguro que sí, ofrecerán más espectáculo.