Nuestra historia: Una goleada escandalosa

A lo largo de su historia, la Gimnástica logra varias goleadas en su propio terreno de juego. El potencial del equipo en la Tercera División, sobre todo en los últimos tiempos, depara en algunos casos fuertes castigos a sus rivales, pero para encontrar la mayor diferencia de goles entre la Gimnástica Segoviana y una escuadra visitante hemos de remontarnos al 17 de junio de 1954. Los azulgrana militan en el Campeonato Regional y para concluir en la octava posición ha de ganar al Real CD Carabanchel. Los madrileños, en lo que la prensa local considera «una desconsideración al equipo segoviano y hacia el público» comparece en El Peñascal con tan solo nueve jugadores. La situación se agrava para los foráneos con la expulsión de uno de sus jugadores en el primer tiempo y las lesiones de otros dos componentes bien avanzada la segunda mitad. El resultado final (11-0) deja a las claras la superioridad de los segovianos y la poca capacidad ofensiva de los visitantes.

En estas circunstancias, la Gimnástica avasalla a su rival desde el inicio, aunque según refleja Pablo Martín Cantalejo en la crónica que publica en El Adelantado de Segovia el día 18 de junio, «demasiado poco provecho han sacado de su dominio, unas veces por dejarse engañar por el procedimiento del fuera de juego practicado reiteradamente por los madrileños, y en cuya trampa cayeron los delanteros segovianos con la mayor dulzura, y otras por empeñarse en tirar a puerta desde cualquier lado y en la posición menos propicia». Dirige el partido el Sr. Parrilla, y la Gimnástica presenta un competitivo once para el envite: Callejo; Mariano, Félix, Valentín; Galindo, Domingo; Nani, Herrera, Polo, Saugar y Costa. Entrenados por Santiago Zubieta, la Gimnástica tiene enfrente a Luis; Ortega, Tavares, Ángel; León, Del Real; Del Río, Antonio y Cárdenas que visten los colores del CD Carabanchel.

Saugar – izquierda –  Nani y Herrera en una alineación de la Gimnástica de 1952 / G.S

Pronto, en el minuto tres, llega el primero de los tantos al transformar Saugar un penalti, anotando uno de los cuatro tantos que regala al nutrido grupo de espectadores que pese al calor pueblan la tribuna de El Peñascal. Herrera hace el segundo en el minuto 15 y es en el minuto 37 cuando el madrileño León resulta expulsado. El jugador, rebelde, se niega a abandonar el campo en un principio y es necesaria la colaboración de sus propios compañeros para que recapacite y deje el partido. De ahí al final el torrente de ocasiones y goles sube hasta once unidades al marcador con cinco de ellos anotados por Herrera, que se convierte en el máximo goleador en un partido oficial de la historia del club. Un récord todavía vigente. Además de los cinco goles de Herrera y los cuatro de Saugar, marcan también Nani y Costa.

Esa temporada 53-54 el equipo concluye finalmente en la octava posición, muy lejos de los primeros puestos que ocupan el Leganés y el Alcalá que aventajan en trece y doce puntos a los segovianos al final de la campaña. Sorprendentemente, el Carabanchel culmina la temporada, pese a la estrepitosa derrota en Segovia, en la séptima plaza. Finalmente y gracias a una reestructuración de las categorías, la octava plaza sirve a la Gimnástica para ascender a la Tercera División.