La Gimnástica mereció al menos el empate en Villarrobledo en el encuentro de ida de semifinales por el ascenso a la Segunda B.  La derrota (2-1) refleja la mayor eficacia de los locales, que lograron ser más resolutivos en el tramo final que los segovianos, que mandaron dos balones a los postes y reclamaron un penalti cometido sobre Agus Alonso avanzada la segunda mitad.  Todo quedará entonces para la vuelta, en la que la Segoviana deberá hacer valer su superioridad física, y materializar las ocasiones que tenga, que la experiencia dice que llegarán.

Manu apostó por un once en el que no estuvieron ni Calleja – lesionado durante la semana – ni Asier, que no pudo recuperarse a tiempo de sus molestias, además de la prolongada baja de Álex Conde. En esas circunstancias, el preparador madrileño apostó por la contención con Domingo y Quino, fundamentalmente para evitar las transiciones después de robo de los manchegos. Tanto en portería, como en defensa y ataque, el equipo médico habitual.

En el arranque, los locales mostraron sus intenciones con un balón al palo de Dani en el primer minuto después de una salida dubitativa del equipo azulgrana, de blanco para la ocasión. Con dos equipos con talante ofensivo, ambas escuadras intentaron desde el inicio aprovechar la bonancible tarde para divertir a los aficionados que se dieron cita en el conocido como «barranco del lobo». Con el paso de los minutos, la Gimnástica intentó hacerse con el balón para generar peligro, pero los locales quisieron hacer valer el factor campo para generar peligro por las bandas con balones al corazón del área que se empeñaron en despejar tanto Anel como Javi Marcos.

No llegó la Gimnástica a crear verdadero peligro hasta el minuto 15 de partido, cuando una falta escorada a la izquierda ejecutada con maestría por Rubén encontró a Javi Marcos en el segundo palo que estrelló su disparo en el poste. Poco después llegó el gol local por mediación de Juanma Montero, que después de un gran control en el corazón del área batió a Facundo. Poco tardó la gimnástica en rehacerse y Juan de la Mata mandó un balón a la cruceta con un gran disparo. Los locales fueron perdiendo algo de fuelle, quizá por aquello de esperar las contras. En el minuto 31 un disparo de Quino encontró la respuesta bajo palos de Javi López, y desde ahí se sucedieron hasta el final aproximaciones con peligro en ambas porterías, con unos locales fiando sus opciones a las transiciones, y unos gimnásticos con poco acierto de tres cuartos de campo en adelante.

La segunda parte comenzó como la primera, con los villarrobletanos más frescos en ataque y presionando a los gimnásticos. Facundo tuvo que solventar un balón peligroso que deambulaba por el área pequeña. El partido entraba en una dinámica algo insulsa cuando Juan de la Mata encontró a Agus Alonso en un fenomenal balón interior. El nueve gimnástico fue derribado por un defensor local y Mika hizo el empate. Pero el Villarrobledo es un equipo con cuajo y pronto volvió a adelantarse en el marcador con un remate de cabeza de Juanma Montero que, con los pies en el suelo y en la frontal del área pequeña, puso el balón lejos de Facundo. Iván sustituyó a Domingo para buscar el empate, pero las ocasiones visitantes no terminaron de llegar, y eso que pareció que la preparación física de los segovianos iba a darles opciones reales de empatar la contienda. La Gimnástica reclamó un penalti que pareció claro cometido sobre Agus Alonso en el minuto 75, y su producción ofensiva ya no dio para más, aunque terminara embotellando a los locales que evidenciaron estar en un tono físico inferior al de los segovianos.

La Albuera dictará sentencia. Gradas supletorias ampliarán la capacidad del campo en más de 75o espectadores con lo que se espera una tarde de fútbol de las importantes, una de esas que no se olvidan. En frente un buen rival, que se mueve bien a las contras, pero al que se le nota el desgaste físico de una campaña exigente. Todo apunta a partidazo el sábado en Segovia. Que así sea.